¿Qué sucede al deshidratarnos?

Deshidratación y carencia de minerales

La deshidratación es un proceso que ocurre cuando el cuerpo no tiene el agua suficiente para funcionar correctamente. Puede darse de forma leve, moderada o grave y este factor determinará las consecuencias que puede tener sobre el cuerpo humano. A nivel físico nuestro cuerpo se compone de un 60% de agua y esta se encarga de cumplir muchas funciones, como transportar nutrientes y oxígeno, proteger a los órganos y tejidos, regular la temperatura corporal o controlar la frecuencia cardíaca.

Hay un movimiento de agua, unas entradas y salidas constantes. Perdemos agua mediante la orina, las heces y el sudor, cosa que es más que evidente, pero también a través de la piel y debido a la respiración, cosas las dos menos conocidas por todos y que están dentro de las denominadas «pérdidas insensibles» de agua. Hay pues una cantidad de agua que perdemos por la piel de forma continuada y no visible, de la misma manera que cuando respiramos también expulsamos vapor de agua. Debido a las frenéticas rutinas diarias en las que nos vemos envueltos se ha vuelto habitual que las ‘salidas’ de agua del cuerpo, no estén compensada por las ‘entradas’ y terminamos desarrollando un estado de deshidratación. Por supuesto, a corto plazo nuestro sistema no falla si el equilibrio hídrico se ve alterado, pero sí es cierto que la resistencia corporal ante los déficits de agua es limitada. Asimismo, según la EFSA, las situaciones de deshidratación prolongadas pueden ocasionar consecuencias mucho más graves para la salud y afectar, directamente, al funcionamiento de los riñones, por ejemplo.

 Cuando identificamos la sensación de sed, significa que nuestro cuerpo ya ha perdido un 1% del volumen de agua total. Algunos estudios indican que con una deshidratación del 1%-2%, el rendimiento, el estado de ánimo, la capacidad retentiva y otros procesos, pueden verse disminuidos, sobre todo en mujeres. 

Se sabe que, sin comer, una persona puede mantener las funciones vitales unos 30 días, en casos extremos, hasta 50. No obstante, sin agua, difícilmente se puede sobrevivir más de cinco días

Factores que favorecen a la deshidratación

Existen muchas condiciones tanto a nivel físico como psíquico que pueden alterar los requerimientos hídricos habituales. Es importante ser conscientes de cuáles son las situaciones en las que debemos aumentar la ingesta de agua:

Posts Relacionados