Los efectos del agua en personas con sobrepeso

Casi la mitad de la población española tiene un peso superior al recomendable, una tasa que va en aumento año tras año, y que afecta también ala población infantil.

El agua es clave para eliminar sustancias derivadas del metabolismo interno y, por tanto, tiene un rol fundamental en la desintoxicación del cuerpo. El efecto del agua en casos de sobrepeso es bastante limitado, ya que no aporta energía. Ni el momento del día ni la cantidad de agua consumida altera este factor, por lo que no tiene poder alguno en el aumento de peso de un cuerpo. Asimismo, tampoco tiene la capacidad para reducirlo.

Sin embargo, se relaciona un aumento del consumo del agua con una mayor pérdida de peso y esto ocurre por dos motivos: el primero es porque, habitualmente, cuando se busca adelgazar dejamos de consumir bebidas refrescantes o estimulantes de alto contenido en azúcares, y todas esas tomas son substituidas por agua. Eso reduce exponencialmente la energía calórica total diaria y, a la larga, este cambio se manifiesta en el peso. El segundo motivo es que, al adelgazar, se recomienda beber más agua, debido a que se produce un aumento del catabolismo del cuerpo, cuando el propio organismo, al no recibir alimento, acaba por nutrirse de sus propios tejidos, y eso conlleva a que se eliminen más sustancias por los riñones, que precisarán de la dosis de agua estipulada en la dieta para poder realizar su función.

Una pauta válida de consumo de agua es tomarse unos 200-300ml 20 minutos antes de cada comida importante. Esto atenuará el apetito.

El papel saciante del agua

El agua tiene la capacidad de aumentar la sensación de saciedad, pues ocupa espacio en el estómago y no aporta ningún tipo de calorías o aditivos. Por eso, la ingesta de agua puede ser de gran ayuda cuando se quiere perder peso. Una pauta válida de consumo de agua es tomarse unos 200-300ml 20 minutos antes de cada comida importante. Esto atenuará el apetito.

No debemos olvidar que beber agua antes de las comidas no arregla los excesos calóricos o una dieta no saludable. Para poder disminuir los depósitos grasos es necesario seguir una dieta equilibrada, beber la dosis diaria recomendada de agua y practicar ejercicio de forma regular. Además, el agua mineral natural, al contener minerales naturalmente presentes, puede ser una gran aliada para personas con problemas de sobrepeso u obesidad, o para dietas hipocalóricas.